fue la pregunta de una de las diseñadoras que visitamos en Casa Decor Madrid 2012... Ojalá, y nos entró la risa...
No, no nos dedicamos a ésto. Pero a mi ésto es lo que me da la vida. Poder disfrutar de visitas como ésta, que haces y disfrutas por amor al arte ... porque nos gusta el diseño, el interiorismo, la arquitectura... por el simple gozo y disfrute de las cosas bellas y la creatividad.
Casa Decor es la más importante y prestigiosa exposición de decoración europea, una cita en la que confluyen profesionales del interiorismo, la arquitectura y el diseño dando a conocer no sólo una propuesta estética, sino también su excelencia a la hora de trabajar. Una oportunidad para el gran público de entrar en contacto con los diseñadores y las firmas que dan a conocer sus productos. Una puesta en marcha desde a pleno rendimiento de los 5 sentidos.
En 2012 coincidiendo con el 20 aniversario de Casa Decor el emplazamiento elegido ha sido el Palacio de la Real Compañía Asturiana de Minas situado en Plaza de España; una magnífica edificación de finales del siglo XIX obra de Manuel Martínez Ángel.
Es curioso lo ciegos que podemos estar a veces, yo he trabajado durante un año en la televisión del Senado, justo al lado de este edificio ¡y nunca había reparado especialmente en él! Sin duda, merece la pena hacerlo.
En su fachada principal es notable la combinación de materiales. Piedra con hierro en la planta baja, piedra con ladrillo en las intermedias, y piedra con pizarra en el tejado y buhardillas. Los torreones de estilo afrancesado y cubiertos con cúpula de casco, que rematan las tres esquinas del edificio, le dan un cierto aire de palacete.
Su interior es deslumbrante. Al entrar nos reciben unas majestuosas escaleras con huella de mármol y contrahuella de hierro calado, rodeadas por unas magníficas vidrieras clasicistas firmadas por Maumejean en 1899.
Los tres pisos con los que cuenta la construcción fueron destinados a oficinas y viviendas. Los suelos de tarima de buena madera y los frescos y molduras de los techos diferencian los dos usos. Éstos últimos son preciosos, una de las cosas que más me llamó la atención del edificio.
El palacio goza de espacios llenos de luz, y de vistas envidiables: el palacio Real, los jardines de Sabatini, las cúpulas de la catedral de La Almudena y de San Francisco el Grande, la torre de Madrid, el edificio España… Merece la pena acercarse a cada uno de los balcones y disfrutar de las vistas de las que los diseñadores supieron sacar partido en sus presentaciones.
Como visitante, es fácil dejarse llevar por las tres plantas de exposición.
Cada uno de los espacios nos translada a un universo diferente: real, imaginario o soñado. La música y los olores se conjugan para que las diferentes propuestas nos entren no sólo por la vista y el tacto, creando además emociones...
Lorenzo Meazza y Rocío Romero (Detalle) |
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