Si tengo ganas de llorar porque me siento feliz, lloro.
Si me siento abrumado de alegría, canto.
Si siento amor por alguien, lo expreso.
Creo que podrías decir que llevo el corazón en la cara.
Vivo el momento y disfruto de todos y cada uno de los instantes de este magnífico regalo
que llamamos vida.
Sabiduría cotidiana del monje que vendió su ferrari.
♥♥♥